Pero antes de abordar la relación entre la calidad y la sostenibilidad, volvamos al concepto de calidad en sí mismo. Aquí, queremos referirnos a las características de calidad que David A. Garvin, un difunto Profesor de Administración de Empresas de la Escuela de Negocios de Harvard, acuñó a finales de los años 80.
Antes de Garvin, la idea de control de calidad era dominante, basada en el concepto de ahorro de costes mediante la prevención de fallos. Contrario a la comprensión de Garvin, la calidad es estratégica y está basada en la idea de la competitividad; para él, las ocho dimensiones de calidad son decisivas para el éxito competitivo de una empresa, las cuáles son:
La comprensión de Garvin incluye las nociones tradicionales de conformidad y confiabilidad, pero va más allá y pone la calidad en un marco estratégico más amplio, al mismo tiempo, hace hincapié en que algunas características se refuerzan mutuamente, mientras que otras no; la mejora de una puede ser a expensas de otras. La comprensión del equilibrio deseado por los clientes entre estas dimensiones ayuda a crear una ventaja competitiva. El profesor Garvin también distingue entre los criterios objetivos de calidad y los más subjetivos y basados en la percepción (estética y percepción de la calidad).
Fuente: Garvin, DavidA., «Compitiendo en las Ocho Dimensiones de la Calidad«, Harvard Business Review, Noviembre-Diciembre 1987